sino que «cada hombre era su propio sacerdote». Había, al menos, dos razones por las que Lutero modificó la teoría medieval del ministerio. En primer lugar, no creía que Dios hubiese apartado a una élite especial, que tenía un poder especial para cumplir la Ley de Dios de una forma particular. En segundo lugar, Lutero argumentaba que nadie se podía ganar la Gracia de Dios obedeciendo la Ley. La Salvación era dada completa y gratuitamente a todos los que confiaban en Cristo. Negarse el placer físico,
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